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La movilidad urbana es esencial para el desarrollo humano pleno de los habitantes de una ciudad. La movilidad es una herramienta para acceder a los bienes y servicios que ofrecen las urbes, que además facilita la emergencia de economías locales, permitiendo a las personas la identificación y apropiación colectiva de su hábitat. En ciudades tan segregadas y desiguales como las chilenas, la movilidad es un factor clave a la hora de poder garantizar un acceso más equitativo, justo y eficiente, a los puestos de trabajo, los centros de educación y salud, los parques y centros de ocio, entre otros elementos.
Sin embargo, hasta ahora en Chile ha primado una visión sobre la planificación del transporte basada en el concepto de predecir y proveer, donde las políticas han estado orientadas a seguir las mismas trayectorias que se han venido dando hasta ahora, predecir tendencias sobre esas trayectorias, y proveer los medios para satisfacer aquellas tendencias. En general, las políticas de transporte no han intentado cambiar los paradigmas previamente establecidos dentro de la sociedad. Esto tiene efectos nocivos sobre el desarrollo de nuestras ciudades, como por ejemplo, en el ámbito de la congestión y la segregación. Año tras año, vemos como el mercado automotriz se sigue expandiendo y las políticas se orientan a satisfacer esta demanda construyendo más infraestructura dedicada al automóvil.
Para avanzar hacia el uso e intermodalidad de modos sustentables que, a diferencia del automóvil, tienen externalidades positivas, tales como el transporte público, la caminata o la bicicleta, es necesario realizar esfuerzos económicos, políticos y culturales que permitan una asignación y uso más equitativo del espacio público, desencadenando una convivencia armoniosa en las calles. Por último, la planificación de transporte debe desarrollarse en forma integrada y coherente con la planificación urbana y el uso de suelo. Aspectos como localización de viviendas o centros de actividades deben abordarse en conjunto con el transporte, buscando un modelo descentralizado e integrado de nuestras ciudades.






